martes, 22 de enero de 2013

Matanza!!


Mi madre moviendo las patateras y las calabaceras.Qué trabajito




Las artesas de mi abuelo!!

LLenando las tripas con la carne para morcillas...

Mi tía Mari Carmen atando las morcillas. Qué arte!! y qué difícil lo veo yo eso!!


Aunque me gusten muy poquito las matanzas, he de reconocer que es un arte el poder organizar un evento de este tipo y saber cuáles son los pasos a seguir.
El trabajo es muy duro y entretenido y no se hace en un día sólo.
Tengo el recuerdo de cuando era pequeña, en Santa María de las Lomas, bien tempranito, cómo gritaban los cerdos al clavarles el cuchillo y ver cómo se ponía el cubo debajo de la cuchillada para recoger la sangre y poder hacer la famosa mondonga.
También tengo el recuerdo de mi hermanos y yo, sentados alrededor de la lumbre esperando a que mi abuelo Eugenio nos asara el rabo y pelearnos por quien se comía el trozo más grande.
Otro recuerdo es el de mi abuela Jacinta, moviendo la sangre para que no se cuajara y haciendo el guiso e ir llenando la tripa con un embudo y después cocerlo en la lumbre con un caldero.
Lo bonito de la matanza era pasar unos cuantos días en familia, aunque fuera trabajando y pasando un pelín de frío.

El pasado sábado mi familia hizo una pequeñita matanza y allí estuvimos viendo cómo elaboraban las morcillas, salchichones y chorizos. Lo más rico fue el arroz con pollo que hizo mi madre y las aceitunas de mi prima Leti y Carlos de la Sierra de Gata.
 
  


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