jueves, 24 de noviembre de 2011

El príncipe destronado

Cuando nació Hugo, Marco era el destronado y reconozco que debería haberle dedicado más tiempo.
Imagino lo que podía pasar por su cabecita. Es un niño muy sensible y con poca madurez.
En la actualidad, su hermano,que sabe mucho y tiene escuela(como se dice) le come el terreno en multitud de ocasiones.
Me gustaría pasar más tiempo con él a solas y poder escuchar todo aquello que le inquiete.
Lo último que me ha pedido es que yo engordara para que tuviéramos una hermanita. Su afán es que toda persona rellenita va tener un bebé.
Más o menos ya tiene claro que eso no puede ser, y que su abuela Inés no va tener un niño en breve, si no que eso no es cuestión de peso.
Hemos tenido que empezar a contarle el camino de los esperamatozoides hacia la fecundación en el cuerpo de una mujer (ya le hemos introducido algo gracias a un libro que le ha prestado su amiga Olga). Dice que los espermatozoides son veloces y hacen carreras para llegar a la meta que es el óvulo.
Creo que deberíamos recibir formación los padres sobre cómo afrontar el tema de la sexualidad y sus consecuencias.

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